lunes, 6 de mayo de 2013

Van Gogh-izada. La experiencia del museo



Entrar al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) es toda una experiencia. La solemnidad de la entrada, la delicadeza de los colores, las salas silenciosas y protagonizadas por piezas que obligan a ser vistas… Completamente es entrar a otro mundo.
Entrada del museo, año 2012.

El acervo patrimonial que contiene nuestro museo es de un inimaginable valor, gracias a la magnífica tarea llevada a cabo por su primer director: el crítico de arte y artista Eduardo Schiaffino. Obras nacionales e internacionales de variadas épocas comparten techo en un edificio antiquísimo (anterior Casa de Bombas) en Av. Libertador y Av. Pueyrredón, en la Milla de los Museos de la Ciudad de Buenos Aires. Recuerdo la primera vez que entré y no podía creer a mis ojos que veían a Courbet, Gaughin, Van Gogh, Rodin, Monet, El Greco, Kandinsky… Y subiendo al primer piso maravillosas obras de Berni, Spilimbergo, Forner, Noé, De La Cárcova, Badii y Ferrari como algunos de los impecables representantes de arte latinoamericano. Nombro esos y dejo decenas afuera.
En esta oportunidad, tuve la suerte de ser espectadora de la conferencia que el Profesor Leo Jansen, curador del Van Gogh Museum de Amsterdam, daría en el Auditorio de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes. Por ello mismo, quise llegar un rato antes para poder deleitarme y llegar preparada emocionalmente a la charla, tras pasearme por las salas del museo en donde se alojan esos artistas que Vincent va elogiando o criticando en las conocidas cartas que le escribió a su hermano.
Tenemos la suerte de que nuestro museo albergue una obra del (ya mítico) genio holandés, siendo una de las únicas que se exponen en latinoamerica. “Le Moulin de la Galette” de 1886 es la joya vangohiana del museo y es imposible no verla e imaginárselo a Van Gogh en Francia, en un período muy fructífero de su obra y tan opaco de su vida; a pocos años de decirle adiós a este mundo que no lo trató muy bien. La piel se eriza, se me dibuja una sonrisa y vuelvo a mirarlo como si fuese la primera vez. Los colores pasteles, las pinceladas fuertes, los detalles del molino, el cielo tan real… Los protagonistas abrazados posan para los ojos del artista ya enfermo.
"Le Moulin de la Galette" (1886/7) óleo sobre papel entelado.
 Imágen extraída de la web del Museo.





A su lado, las maravillas paisajísitcas de Monet, las despojadas pinceladas de Manet, la singularidad de Gaughin, las bailarinas de Degas, los claros de Sisley, lo cotidiano de Toulouse Lautrec… Contemporáneos impresionistas, creadores de la pintura moderna: algunos amigos, algunos admirados y otros no tan preciados por Vincent, el tiempo le ha dado la razón en algunas de sus opiniones y lo ha contradicho en otras.
Salgo de allí con el tiempo justo para poder tener un buen lugar en la conferencia, para la cual tenía grandes expectativas y quizás no todas fueron cumplidas, pero aún así escuchar a un hombre que le ha dedicado 15 años de su vida a investigar y analizar las casi 950 cartas que se tienen del artista holandés (660 a Theo su hermano marchant, el resto a su hermana y otros artistas), es por demás interesante. A propósito de ello, su razón de estar en nuestro país, es la edición castellana de su colección de 6 libros fruto de todos esos años de estudio, que presenta en el marco de la actual Feria del Libro de Buenos Aires. Casi lectura obligada.

Hay mucha crítica posible para realizarle a las instituciones museísticas respecto a su relación con el entorno, y con su llegada a todos los estratos sociales. Es algo que es objeto de estudio hace tiempo y que preocupa; y a la vez, creo que también está en nosotros quienes somos asiduos visitantes fomentar e invitar para que se acerquen a conocer personalidades y obras que marcaron historia y fueron a la par con los sucesos que ocurrieron a lo largo del recorrido de la humanidad. El arte es el reflejo del ser humano: puede mostrarte algo que conocés (e incluso darle otro significado) o enfrentarte con algo que nunca imaginaste, viste o pensaste. De todas formas, la sorpresa es inmanente a la experiencia del arte.

Por ello, invito a que se saquen los supuestos de encima y vayan al museo. Conocer el MNBA es un buen primer paso: la entrada es gratuita, y está cerca del Centro Cultural Recoleta (otro lugar de visita obligada), zona en la cual hay variados cafés y pubs. O ¿por qué no? Se llevan el termo con mate y unas galletitas y se sientan en las plazas cercanas a debatir qué vieron y les llamó la atención. O también al Centro Cultural cercano a su domicilio: todos son espacios de encuentro y sorpresa.
También les dejo este link para visitar online la colección del Museo Van Gogh mediante el Google Art Project, que también tiene a nuestro museo como representante.

¿Fueron a algún museo últimamente? ¿Qué obra les llamó la atención? ¿Conocen el MNBA?

Me despido hasta la próxima. Espero leerlaas/os!
Excelente semana!
Ana

6 comentarios:

  1. Me encanto este post! Algo estupido que yo hago es visitar los museos cuando voy de vacaciones, pero nunca visitar los de mi ciudad, que estan tan a mi alcance! La verdad es algo que hago que no tiene explicacion :P
    Te mando un beso gigante :D!
    http://www.classyandfabulous.com.ar

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    1. Carli! Gracias por pasar! Visitar los museos de las ciudades que visita es una fantástica forma de conocer más la historia, movida y personajes de ese lugar, hacés genial! Jaja lo bueno es que acá hay mucho y variado para visitar, te regalas un ratito cuando puedas!
      Beso grande!

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  2. Me encanta ir a museos, fue a muchos y de muchas clases. Al MNBA fui muchas veces pero hace rato que no voy, desde antes de la remodelación.
    Lindo post! :D

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    1. Tenés que ir entonces! La verdad cambió mucho, y quedó soberbio. Es para "discusión" el tema de los colores de las paredes en algunas salas, porque para mi dificulta la total apreciación de las obras... Pero es indudable que quedó lindo.
      BEso! Gracias por pasar!

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  3. hey! no conocia tu blog

    mi favorito de todo el museo es la ninfa sorprendida :)

    iba bastante seguido cuando era chica, a ver distintas muestras y siempre pasaba por la colección permanente a visitar a las ninfas y al cuadro de gaugin que es mi segundo favorito (nada que ver uno con el otro, jaja). ahora se me complica porque ya no vivo con mis viejos que tienen auto y desde acá es dífícil llegar.

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    1. Ahhh esa pintura me encanta. Manet me fascina y me embobo cada vez que lo veo jaja. Me encanta eso: Manet y Gaughin, porque habla de lo genial que tiene el arte no? Te puede gustar algo super clásico como Sanzio y adorar a Lichtenstein, pasa y esta muy bueno :)
      El tema del viaje te entiendo, vivo a 2hs... pero cuando puedo, me hago una vuelta. Minima, o a cualquier otro espacio. Es una conexión tremenda.
      Gracias por pasar Ale! Y comentar!

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